Hola amigas y amigos:
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Cuando vamos a comprar un descalcificador, nos perdemos en los diferentes tipos de descalcificadores que hay y nos volvemos un poco locos Todos queremos lo mismo, “lo mejor al precio más bajo”. Para ayudaros en vuestra decisión, he hecho una sencilla guía.
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Por una parte hay que tener to en cuenta cuándo hacen la regeneración, y aquí encontramos tres tipos de descalcificadores fundamentales: Descalcificador Volumétrico, cronométrico y electrónico o de bajo consumo.
A continuación os mostramos en qué se diferencian entre ellos y sus principales ventajas e inconvenientes:
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Descalcificador Cronométrico:
El dispositivo programa la regeneración calculando la dureza del agua y el consumo medio de la vivienda. El mayor inconveniente es que el equipo no tiene en cuenta el volumen de agua tratada y por eso puede suceder que realice regeneraciones aunque no consumamos agua. Por eso, este tipo de descalcificador no es recomendable.
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Descalcificador Volumétrico:
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Este tipo de descalcificador es el más habitual. Entra en regeneración teniendo en cuenta el volumen de agua tratada, de esta forma, si no hay consumo en la vivienda, el descalcificador no hace regeneraciones de resina.
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Algunos modelos permiten seleccionar el modo de eficiencia trabajando con una capacidad más alta o baja en función de la dureza de entrada. Es más recomendable que el anterior aunque se puede mejorar.
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Descalcificador Electrónico o de bajo consumo:
Este equipo es el más eficiente del mercado: realiza una estadística de consumo de la vivienda adaptando los consumos de agua y sal en función de la cantidad de resina agotada. Además, la capacidad de trabajo varía automáticamente en función de la instalación para minimizar los consumos de regenerantes. Puede ahorrar alrededor de un 40% respecto a los demás descalcificadores. Éste es el que os recomendamos.
Además a parte de la regeneración, hemos de tener en cuenta que la resina hay que lavarla, y este proceso de lavado puede ser en dos direcciones cocorriente (downflow) o contracorriente (upflow);
Lavado cocorriente; se produce por gravedad, de arriba abajo.
Lavado contracorriente; como su propio nombre indica en en sentido contrario de abajo a arriba , la ventaja es que se produce en la mitad de tiempo yu gastando la mitad de sal y de agua que en un sistema cocorriente. La explicación es sencilla, cuando lo hacemos de arriba abajo, el agua apelmaza la resina y se ve obligada a crear vías que permitan penetrar el lecho de filtración, en cambio cuando al hacemos de abajo a arriba, es como su insufláramos aire a una cabina con bolas de plástico por la parte de abajo, éstas empiezan a revolotear y en la mitad de tiempo, gastando al mitad de sal regenerante consigue el mismo efecto.
Por todo ello nosotros os recomendamos un descalcificador contracorriente.
En conclusión, para nosotros, lo mejor es un descalcificador electrónico y contracorriente.
Chao y hasta la próxima
Autor: Chema López para El Almacén del Agua